martes, 19 de febrero de 2013

“LA COYUNTURA DE LA AUTONOMIA RELATIVA DEL ESTADO” De Luis Tapia.

Reseña crítica. Autor: Adrian Aguirre. Ya desde su título, la obra de este, politólogo e intelectual boliviano, reconocido dentro del àmbito académico, nos anuncia la densidad conceptual y el nivel analítico que el autor desarrollarà a lo largo de la misma. Dentro de un enfoque marxista y por ende estructuralista, sorprende la dinàmica y fluidez que el autor le imprime a la idea de la autonomía relativa del estado, la cual fue elaborada y argumentada por teóricos marxistas en la década de los sesenta y setenta, en base a algunos escritos de Marx y Engels. Cabe aclarar que el libro se conformó a partir de varios trabajos de investigación, y que trata de analizar el momento de transición política, en Bolivia, luego de que el viejo bloque politico-economico dominante fuese expulsado electoralmente del poder ejecutivo a manos del M.A.S., con Evo Morales como presidente. Por tratarse de un proceso en el que aún se desarrollan importantes tensiones, es necesario entender la elaboración del texto, al calor de los acontecimientos que se fueron dando desde el año 2005 en adelante. Así, las cuestiones formales, respecto del armado del texto, la reiteración excesiva de conceptos y situaciones, pasan a un segundo plano. Por ultimo estamos ante la presencia de un texto que requiere lecturas previas para su abordaje, exclusivo para ámbitos académicos diría. Por otro lado seria imposible dar cuenta en esta reseña de la totalidad de contenidos y temas que el autor trabaja, por lo cual me limitare a mencionar los ejes que considero sustanciales. Tapia trata de bosquejar ciclos que permitan definir líneas de acumulación histórica en la constitución de los sujetos políticos que permiten el desarrollo de la coyuntura de la autonomía relativa del Estado. Coyuntura que es producto de una crisis en la forma primordial del Estado. Crisis de representatividad del bloque hegemónico, de su sistema de partidos políticos y división de poderes, producto de la democracia moderna liberal; frente a la sociedad civil, movilizada en el marco de los sindicatos, movimientos sociales, e instituciones representativas comunitarias de origen étnico, con formas diferenciadas de auto gobierno, y practicas de democracia directa asamblearia. El establecimiento de la relación entre momentos de recuperación, instauración o ampliación de democracia política y la aplicación de programas de nacionalización en el ámbito económico, lo argumenta desde la experiencia revolucionaria de 1952, momento del origen, para el, de dos ciclos , que se continúan hasta la actualidad. Por un lado el ciclo, de constitución del Estado Nación, donde el proceso de nacionalización afecta dos aspectos, uno, a las empresas mineras, el otro, a la población, mediante la aplicación de la reforma agraria y la expansión de la ciudadanía, a través del establecimiento del voto universal. Por otro lado el segundo ciclo, de construcción de la democracia, dentro del cual surgen dos experiencias diferentes, una la democracia representativa liberal con su sistema de partidos, la otra, una experiencia de cogobierno entre el partido nacionalista (MNR) y los sindicatos (COB). Sumado a esto, las experiencias de la Asamblea popular en los setenta, la ola de movilizaciones por la restitución de los derechos políticos casi en los ochenta, junto con la llegada del katarismo al parlamento y la independencia de la central sindical campesina, dieron lugar a la conformación del proceso de acumulación histórica en la formación de los sujetos políticos, organizados de forma corporativa, y compuestos por una diversidad de culturas, y pluralidad de conceptos, en el caso de Bolivia. Se establece así una diferencia con lo que plantea Torres Rivas para el caso de los países centroamericanos, donde este proceso de acumulación no se dio y el establecimiento de los regimenes democráticos fueron una ruptura, instaurado desde afuera, algo nuevo. Es a partir de entender la democracia como un proceso de instauración de un régimen político, surgido por múltiples causas pero principalmente por la existencia de estos sujetos políticos constituidos en los espacios marginales del sistema político, de matriz comunitaria y multicultural, que se puede plantear olas de expansión y olas de contracción de la democracia. Para Tapia, cuanto más se han expandido en sentido moderno, las formas de ejercicio de los derechos políticos, desde la sociedad civil y por fuera del sistema de partidos, más ha sido puesto en crisis el Estado liberal. Dando lugar a coyunturas de autonomía relativa. La idea general de la autonomía relativa consiste en pensar que históricamente se producen coyunturas en las que la dirección del Estado se distancia, respecto de las determinaciones estructurales y económicas, por ausencia de miembros de la clase dominante, en los principales puestos publicos. El autor plantea tres modalidades de producción de autonomía relativa: los bonapartismos, luego la constitución de una burocracia política racional o el capitalista general y por último la presencia de partidos obreros y socialistas en el gobierno. Esta modalidad es la que describe el proceso actual en Bolivia, con la particularidad que se trata de un partido de origen campesino. El autor contrapone la noción de autonomía relativa, con un concepto que toma de Renè Zavaleta, el de momento instrumental del estado, donde un grupo de la clase dominante controla monopólicamente el poder político del estado establece también distintos ciclos, desde 1950 en adelante, haciendo especial hincapié en el periodo 1985-2005, como el momento pleno de implementación del neoliberalismo en el país . Coincidiendo en términos generales con un proceso que se dio en todo Latinoamérica, pero en el cual Bolivia fue la experiencia piloto durante el gobierno democrático de Paz Estensoro. Lo que implico, la subordinación del país a las soberanías de organismos internacionales de regulación y sobretodo de capitales transnacionales . Fue frente a esta situación instrumental del estado, que se desplegaron las varias olas de rebelión y de movilización política, por la descolonización del país y por la nueva nacionalización de los recursos naturales. Nuevamente, es la nacionalización de los recursos naturales, en este caso los hidrocarburos, la condición de posibilidad de autonomía del estado, brindando la financiación necesaria para la aplicación de políticas redistributivas. Precisamente, la paradoja que el autor plantea de estos sectores movilizados, c pertenecientes a una cultura política distinta de la liberal, y que el describe como comunitaria o sindical de origen campesino, es que se han organizado y ganado elecciones dentro del sistema liberal. A diferencia del movimiento de los sin tierra en Brasil, mencionado por Zibechi, que están centrados en la acción directa y extraparlamentaria. Paradoja que, en función de sus prácticas democráticas, puede implicar un problema para el partido que ocupa el Poder ejecutivo del estado boliviano. Algo que Tapia, menciona como critica es la convocatoria a la asamblea constituyente según formato moderno y liberal, bajo una regla de representación mayoritaria y no plural. Problemática que desde el concepto de cogobierno, como idea fuerza rectora de las prácticas democráticas de los sectores subalternos de la sociedad civil, trabaja Fornillo , reclamando la creación de mecanismos de democracia real, por fuera de la estructura de mandos estatal, dando lugar a la nueva institucionalidad que pueda emerger. De los tres procesos de descentramiento que el autor menciona, el de la descolonización, es el que más se relaciona con el ultimo párrafo, llamando a superar la instancia de autodeterminación de los pueblos, en pos de construir algo nuevo en conjunto. Como impresión para el final, creo que Tapia, luego de haber hecho el recorrido teórico político entre la Revolución de 1952, como momento de autonomía relativa del estado, y el periodo de autonomía aun vigente de Evo Morales, advierte sobre el rumbo que las transformaciones están tomando, para que Bolivia no vuelva a repetir su 1985.