Por:Nora Céspedes
La transición de la Antigüedad al Feudalismo como su consolidación y la transición del Feudalismo al Capitalismo, son debates fundamentales y apasionantes dentro de la historia. La transición del de la Antiguedad al Feudalismo es lo que nos ocupa. En este sentido desarrollaron temas en relación a lo social, lo económico, lo político y sobre las mentalidades. Otro tema que nos ocupa también es la definición de lo “Feudal”.
Antes haremos un breve contexto historiográfico fundante: como los fiscalistas o juridicistas, que proponían la continuidad del sistema fiscal de recaudación romano para explicar la transición de la antigüedad al feudalismo. Por lo tanto, la centralidad giraba en torno al latifundio en su consolidación. De la misma manera, Bloch consideró “Feudal” a todo aquello que se econtraba entre la zona del Loire al Rhin. Sin embargo, estos estudios fueron superados por el análisis en las fronteras del reino carolingio, en la región del Mâconne de George Duby, en el cual puso en consideración la preeminencia de la tierra alodial, de los pequeños propietarios independientes. Y que Bonnassie con su tesis en la zona de Cataluña y la revolución del año 1000 profundizó la tesis mutacionista.
En este sentido, Wickham ha realizado su contribución respecto de la problemática alrededor de la categoría “Feudal” en la región de Toscana. La principal pregunta que se hace es ¿hasta dónde se puede cumplir la definición de lo “Feudal”? y utiliza el modelo “típico ideal” a través de la comparación con el resto de Europa a través de la Toscana. Él es un historiador inglés, de matriz weberiana, y para exponerla se apoya en la teoría clásica de “Feudal” en Italia y la contrasta la tesis mutacionista. Historiográficamente, el autor tiene un punto de vista intermedio entre ambas tesis, entre la tesis mutacionista y fiscalista. Su propuesta es muy novedosa en este aspecto.
Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, Wickham aplica el modelo del tipo ideal a la matriz clásica de Giovanni Tabacco para definir lo Feudal en Italia, resaltando el contraste que produce la comparación, es decir el autor utiliza el método comparativo. Para ello, primero define “Feudal” que se encuentra: “(…) más allá de la relación entre señores y campesinos, se expresa en la relación económico-social y a través del control de la tierra. Es “Feudal” cuando, en el interior del Imperio Romano, los trabajadores agrícolas dejaron de ser esclavos encerrados en las ergástolas y obligados a trabajar según la voluntad del dueño y se convirtieron en dependientes, libres o esclavos, con sus casas propias y sus parcelas de tierra". Y segundo: cuando las estructuras tributarias del Estado romano se destruyeron en las siglos V-VI, también la política comienza a basarse cada vez más en el control de la tierra: esta “Política de la tierra puede llamarse igualmente “feudal” . Entonces, “cada estructura de distribución del poder en la Edad Media occidental, es sólo un aspecto de esta realidad general del “feudalismo”.
El autor plantea que la idea de mutación o revolución se ubica en realidad entre los siglos X y XI, pero en Italia sucedió de 950 d.C. en adelante.
Planteadas las nociones generales, que Whickham señala son cinco elementos esenciales de la construcción de lo “feudal” entre los que se encuentran. ¿Entonces a partir de qué se puede expresar lo "Feudal"?: 1º) a partir de la patrimonialización del poder público; 2º) por el incremento de las relaciones privadas entre los hombres de los linajes superiores; 3º) el grupo militar, desarrollado desde 950 en adelante, siendo cada vez más fácil individualizar un nuevo grupo social, de notables locales y militarizados; 4º) es la aparición de los derechos señoriales como parte integrante del poder local del linaje militar sobre los campesinos; 5º) es la ciudad, elemento esencial de Italia.
Veremos cómo estos cinco elementos se manifiestan en la patrimonialización del poder en Toscana durante el siglo X: en los condes y marqueses en quienes se inició como un atributo de la familia, extendiéndose donde la familia tenía propiedades y derechos, allí surgieron nuevas circunscripciones informales, que tomaron el nombre de contee y marchesati, en vez de comitati y marche.
La segunda característica es sobre las relaciones privadas entre los hombres de los linajes superiores: algunas eran en horizontal, para ayuda mutua familiar, pero de más importancia tomaron los lazos de dependencia. Para Italia “vasallo” sólo indicaba al dependiente militar que había hecho juramento, y el “feudo” sólo una nueva versión de las relaciones tradicionales de dependencia. Los beneficios o feudos en el siglo X eran aún precarios, y serían fuentes de propiedad aristocrática recién en el XI. Entonces, lo “feudal” era usado para cosas dispares.
La tercer característica,es que desde 950 en adelante es cada vez más fácil individualizar un nuevo grupo social, de notables locales y militarizados, con nombres diferentes en distintas partes del reino, y eran descendientes de los notables rurales del siglo IX, con las tierras alodiales; su acceso a la élite militar se basaba en los livelli y en sus feudos, que con frecuencia eran usurpados a los eclesiásticos. Es recién a principios del XI cuando se puede observar una clara estratificación social entre linaje aristocrático y militar de la población civil, campesinos y otros súbditos. Es decir, que el estatus social dependía de sobre todo de la riqueza territorial. Ser noble implicaba estar más ligado a los privilegios militares, y ya a mediados del siglo era casi esencial que cada aristócrata controlase un castillo.
El cuarto elemento, es la aparición de los derechos señoriales como parte integrante del poder local del linaje militar sobre los campesinos, Italia no tuvo una cristalización inmediata, los señoríos territoriales por lo general no fueron comunes en el Norte de Italia hasta fines del siglo XI.
El quinto elemento fue la ciudad en el 1000, elemento esencial de su singularidad. Los señores locales tenían poder político y su equivalente urbano en la concesión del rey tales como, tribunales ciudadanos y de defensa militar de las murallas a los obispos, esta política comenzó hacia el 900 hasta mediados del siglo XI.
Posteriormente en su artículo Whickhan compara el caso italiano con la experiencia francesa, las similitudes se entraban en el proceso de privatización y descentralización.
No obstante, las diferencias se encuentran en el momento cronológico de las “crisis” del sistema público, no tuvo una fecha precisa Toscana, 1080-1120. La otra diferencia, es que sobrevivieron de forma relativa grupos de pequeños propietarios libres. Y por último, consiste en la naturaleza de la ciudad en Italia, porque la crisis fue en otro momento, puesto que el siglo de las guerras fue el XII y no en el XI, cuando sucedió la crisis de legitimidad.
Por consiguiente podemos observar que en su exposición Wickham se basa en Italia del Norte, donde los reyes alemanes durante su ocupación dejaron huellas de poder militar autónomo e invencible, eso contribuyó a la continuidad de la estructura tradicional, y ya en el X con Berengario I (888 a 924) autorizó la primera oleada de “incastillamiento”. Durante este mismo siglo, las relaciones privadas comenzaron lentamente a penetrar en las públicas. Sin embargo, en Toscana “permaneció menos feudal y señorial que el resto de Italia y de Europa. Por tanto la crisis de la marca era política; era posible que un poder político administrase (…) sin debilitarse y tal vez al menos en las Toscana de las ciudades, sin las guerras hubiera podido continuar haciéndolo, como ocurrió después de todo en Inglaterra, en el extremos opuesto del mundo post-Carolingio”.
En definitiva, Wickham nos demuestra que Toscana permaneció menos feudal y señorial que el resto de Italia y de Europa. Por lo cual, se expresa en la existencia de un poder político que se administró sin debilitarse. Igual que en Inglaterra, en el extremo opuesto del mundo post-carolingio.
El artículo es muy interesante por su forma de analizar, porque coloca la lupa el concepto central como “feudal”. Utilizando el método comparativo, coloca el lente sobre puntos clave, lugares donde no se cumplen totalmente los paradigmas clásicos, y donde tampoco cierran del todo los del mutacionismo para explicar el feudalismo. Fue muy hábil en no meterse en el debate mismo del feudalismo, para luego estudiar el caso de Toscana, porque sería un trabajo infinito. Tal vez cuestionaría la forma de conclusión del trabajo porque: se entiende porqué lo hace, al colocar la lente sobre la ciudad, observando su complejidad en medio de una zona que no era completamente feudal deslizando: “la mutación se disuelve” , con esta frase en realidad deja claro que no quiere tomar una posición controvertida con ninguna de las corrientes historiográficas . Wickham, es un gran historiador respetable y serio. En la resolución del artículo es confuso, porque termina abriendo otro tema como el de las ciudades, que ya había desarrollado dentro del cuerpo del texto. Igualmente cumple con los objetivos propuestos al principio. Porque suele pasar todo lo contrario en la mayoría de los casos o se abren hacia temas que no son explicados. La lectura fue enriquecedora por su complejidad, ya que el autor se mueve de una región a otra rápidamente dando la sensación del movimiento del lente de una lupa, no solo por la ampliación de la observación sino también por la velocidad en que mueve el lente para analizar cada una de ellas.
Notas al pie en el original.
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