jueves, 1 de agosto de 2013
Las revoluciones en América, Haití ¿Una revolución atlántica?
Las revoluciones en América, han sido todo un objeto de estudio más que interesante y debatido, por la historiografía tradicional y por los autores que las han abordado con diversos modelos teóricos, que han contemplado la particularidad de cada región de América Latina. Si bien, se han conservado algunas sombras o interrogantes pendientes sobre ciertos procesos históricos de independencia, o en otras palabras que han sido menos investigadas por los académicos. Una de las revoluciones escasamente estudiadas a saber han sido la revolución paraguaya y en este caso la revolución haitiana, en comparación con otras. Sobre la última trata la reseña siguiente.
La reseña versa sobre el texto escrito por Juan Francisco Martínez Peria, “¡Libertad o muerte! Historia de la Revolución Haitiana”. Editado en el 2012 por el Centro Cultural para la Cooperación Floreal Gorini.
El autor ha realizado sus estudios de grado en la Universidad de Buenos Aires; recibido en la carrera de Abogado. Otros estudios que ha realizado: Magíster en Ciencias Sociales y en Historia en FLACSO, Magíster en Historia en la Universidad de Pompeu Fabra, en la cual además se ha doctorado. Cargos en los que se ha desempeñado: docente e investigador en la Universidad de San Martín, coordinador e investigador del Departamento de Historia del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. Y también docente invitado en la Universidad autónoma de Madrid, como docente e investigador visitante en la Universidad de Georgetown.
La presentación ha sido realizada por Carlos M. Vilas, jefe del Departamento de Historia de la Universidad de Nacional de Lanús.
Retomando, el tema tratado por el autor ha sido la revolución haitiana. Su característica teórica se ha contrapuesto al marxismo ortodoxo, y se ha colocado en el plano del marxismo heterodoxo. Respaldado por autores como autores tales como Carolyn Fick y C. L. R. James que han caracterizado al proceso haitiano como una revolución anti-esclavista, anti-racista, anti-colonial que debe ser concebida globalmente como descolonial.
El autor en la introducción, ha dejado clara su posición, en primer lugar, nos ha señalado la revolución haitiana sido ignorada especialmente por el mundo hispano-parlante. En segundo lugar ha destacado en el estudio de la revolución haitiana: a Torcuato Di Tella (1984), Eduardo Gruner (2010) y María Isabel Grau (2009). En tercer lugar, también se ha diferenciado, tajantemente de la tesis de Eugene Genovese, puesto que pertenece al marxismo ortodoxo. Y por último, se ha alejado de la visión más tradicional, que han sido presentados Lothorp Stoddard y Anna Julia Cooper , puesto que han desarrollado sus ideas a través de argumentos que “reproducen la mirada racista y eurocéntrica de los propios colonizadores”.
Un aporte que ha destacado, ha sido con la fraseen el encabezado en la introducción, relacionado con Michell Rolph Trouillot extraída del libro “Silencing the Past”. Boston Press, 1995, ( pág. 73). En un momento desarrolla la idea puesto que lo ha llamado “cerco político” que había utilizado para evitar el “contagio” de la revolución haitiana. La frase expresa: “Así la revolución Haitiana entró en la historia mundial con la particular característica de ser inconcebible aún mientras ocurría.”
El texto ha estado cronológicamente ordenado, posee cierta lógica en sus argumentos. Ha utilizado además el soporte documental, si bien para realizar ciertas afirmaciones, y cita por lo menos cinco autores, lo que puede otorgarle cierta confusión a lo que específicamente trata de enfatizar. Tal es así que en esos distrae de la lectura amena, y por momentos la ha vuelto engorrosa. Ha tomado, de algunos autores sus acuerdos parciales con sus aserciones.
El público para el cual está destinado para aquellas personas que no exclusivamente pertenezcan al ambiente académico.
El autor ha dejado una forma de escritura amena e intensa en cuanto a lo largo de los seis capítulos. Aunque también se ha podido observar que por momentos lineal en sus pinceladas argumentativas. Porque no hay ruptura, a través de la rebeliones mencionadas, sino más bien que la ruptura se concreta recién cuando Dessalines declara la independencia (1 enero de 1804). Y a partir de allí se ha instalado “(…) la Igualdad y la Libertad, principios sin límites raciales, de clase o de género.”(pág. 168).
Teniendo en cuenta lo antes dicho sobre Juan Francisco Martínez Peria, es imperioso saber cuál ha sido su tesis central. En la cual se ha planteado “que la revolución haitiana ha sido una revolución social, descolonial y radicalmente democrática encabezada por los esclavos desde la experiencia de la esclavitud y el racismo colonial, propugnaron por la genuina universalización de los derechos del hombre” (pág. 13). Y en sus últimas palabras, en las conclusiones retoma y afirma que todos los procesos revolucionarios que han agitado “el Mundo Atlántico a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, la revolución haitiana fue la más original y radical, por lo que merece ser reconocida como la primera de las revoluciones descoloniales del Tercer Mundo” (Pág. 170). Esta última frase, contradice lo que mencionaba en la introducción, en ese sentido no hay una coherencia con lo antes mencionado.
Algunas consideraciones:
Ciertamente la revolución haitiana ha sido de las menos estudiadas, en la historia latinoamericana. Sin embargo el autor desconoce otros autores que la han abordado recientemente o años antes, y que justamente tampoco pertenecen al marxismo ortodoxo. Por ejemplo: desde el análisis gramsciano, otro análisis desde la noción de revolución permanente, más bien troskista. Y en ese sentido, si es por tener un enfoque, el autor no lo ha dejado claro en la introducción y en la conclusión.
Otra cuestión para colocar de relieve ha sido acotación temporal entre 1789 a 1804, lo cual lo muestra algo estructuralista, puesto que todo empieza y termina.
Claro el autor ha incluido al Franz Fanon en el tipo de análisis, porque se trata de un proceso de descolonización, y en ese sentido su influencia es importante.
Por un lado, la obra ha utilizado una amplia bibliografía primaria y secundaria. La mayor parte en inglés o francés. Que temporalmente abarcan fines del siglo XVIII y principios del XIX. Sin embargo, la mayor parte de las fuentes primarias han sido recopilaciones realizadas por otros y posteriores a los hechos tales como: testimonios, notas de viajeros, declaraciones judiciales, memorias.
Por otro lado ha sido notable, en el contenido ha realizado en análisis paralelo de los dos procesos en Haití y en Francia, pero que por momentos es poco claro. Porque en ciertas líneas argumentativas van perdiendo peso la revolución haitiana que sería el centro del análisis. Quizás haya sido beneficioso relegarla un poco más, en función de la revolución que ha sido menos abordada, porque además uno puede perder el hilo conductor. Más allá de que en efecto han estado vinculadas, intrínsecamente.
En definitiva, el libro ha sido ameno en la lectura, rico en detalles. Si bien por momentos lineal en la estructura argumentativa. En primer lugar, ha llamado la atención que haya quedado relegada la figura de Louverture en la línea argumentativa. En segundo lugar: el libro ha estado destinado a un público no necesariamente académico, sino más amplio. En tercer lugar, ha quedado cristalino de qué tipo de autores se distancia y dentro de cuáles han estado cerca. En cuarto lugar, ha sido respecto de la necesidad de plantear el tema con un método o teoría que ordenase y jerarquizare los hechos que ha analizado en el cuerpo del texto, o por lo menos quien escribe no ha logrado captarlo.
En realidad, se debe reconocer igualmente que ha sido un libro de buena lectura sobre todo, y que se ha notado el ímpetu, empuje y esfuerzo del autor.
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